Era una de las postales vivientes de París: la silueta delgada y el pelo plateado de George Whitman moviéndose entre turistas, literatos o lectores anglosajones que se abrían paso entre toneladas de libros que llenaban cada recovecos de las estanterías de la rue de la Bûcherie, frente a la catedral de Nôtre-Dame.
"George Whitman murió en paz en su casa, en el apartamento del piso de arriba de su librería”, anunció el negocio en su página de Facebook.
Pocos turistas pasan por París sin sacarle una foto al local, que con el paso del tiempo se había convertido en el siglo 20 en el santuario de los artistas anglófonos en busca de la bohemia de la capital francesa.
La primera versión de Shakespeare & Co fue fundada por la estadounidense Sylvia Beach en el 8 rue Dupuytren, antes de mudarse al 12 de la rue Odéon en el sexto distrito. Los estadounidenses de la “generación perdida”, Ernest Hemingway, Ezra Pound, Francis Scott Fitzgerald y Gertrude Stein o el irlandés James Joyce fueron algunos de sus peregrinos Hemingway la menciona en la novela París era una fiesta
Más tarde los siguieron los autores de la beat generation Allen Ginsberg y William Burroughs o Henry Miller, uno de los narradores norteamericanos que más escribió sobre las diferencias entre ser escritor en Estados Unidos y Francia.
La librería funcionó entre los años 1919 y 1941, cuando fue cerrada por la ocupación nazi. La leyenda dice que la clausura se debió a la negativa de Sylvia Beach a venderle a un oficial alemán el último ejemplar de Finnegans’s Wake de Joyce. Hemingway “liberó personalmente” la librería al final de la Segunda Guerra, pero esta no volvió a reabrir.
Hubo que esperar a 1951 para que otro estadounidense, George Whitman, abriera otro “bookshop” en el 37 de la rue de la Bûcherie, en el quinto distrito de París. Whitman, un viajero aventurero que contaba que había sido curado por los mayas en Latinoamérica y había tenido una novia esquimal en Groenlandia, decidió bautizar el lugar como Le Mistral, antes de retomar en 1962 el nombre de Shakespeare and Company, tras la muerte de Sylvia Beach.
En la actualidad, la planta baja de la librería existe un "wishing well", un pozo de los deseos donde los turistas arrojan monedas y un “poet’s corner”, un rincón dedicado a la poesía.
En el primer piso, al que se asciende por una estrecha escalera, pueden pernoctar viajeros a cambio de algunas horas de trabajo diario en la tienda. Fue allí donde durmieron algunos de los mejores escritores que se expresaron en la lengua de Shakespeare durante el siglo 20 y donde acaba de morir una de las históricas figuras del París literario.